29 jun 2014

Fornifilia,

El sonido del segundero en el reloj de la sala, suena al compás, midiendo el tiempo de ese extasiado día, una chica se encuentra en un rincón, de pie ataviada con un ajustado traje de látex, un rayo de sol entra de manera tímida por la ventana, acariciándola con su luz y calor. Ella se encuentra cautiva, sujetada a un pedestal de hierro forjado con gruesos cinchos de piel que la inmovilizan; su cabeza cubierta por una máscara de látex con gran brillo, solo sus ojos y frente están a la vista, la expresión de su rostro indica gran placer, sus suaves gemidos que salen de su boca totalmente cubierta por la máscara, expresan el sentir de su placer que se encuentra experimentando. Dentro de su mente solo siente lo que en ese momento es... un simple pedestal que esta allí para sujetar el saco de su Dominante. El mirar de sus ojos lo dicen todo, un anhelo interior de intenso deseo, que él llegue, ponga su saco de lana mullida en los pequeños ganchos que tiene sobre los pezones -¡deliciosa sumisa!- menciona su señor; sus manos de manera suave acaricia el contorno de su figura femenina, disfrutando el sensual látex que cubre su cuerpo. Ella experimenta un placer por el simple tacto, a pesar de que su piel esta privada por el látex, su piel se encuentra erizada. Él enciende un pequeño interruptor que se encuentra en la base, de manera intempestiva ella abre sus ojos de manera desmesurada, cambiando su semblante a placer. De manera previa y a modo de conquistar el placer y control de ella, deslizo un vibrador, intensificando la sesión, controlando su placer-¡que bueno que disfrutas el pequeño vibrador que traje para ti- diciéndole al oído - Solo yo tengo el control de tu cuerpo, amada sumisa- susurrándole. La chica se encuentra en el total éxtasis del placer, los segundos pasan y no puede más, la culminación de su placer se acerca al mismo tiempo que su dominante le sonríe de manera malévola, él disfruta la escena, se relame los labios por la escena que esta contemplando. La chica gime con mucha intensidad, intenta liberarse, pero no lo logra... un segundo pre éxtasis intenta salir de sus labios cubierto por el látex de la máscara, un gemido que escucha y siente en el fondo de su alma sumisa, ha obtenido el orgasmo y la oportunidad que ha estado buscando, ser un mueble de placer para su dominante, su señor... su Amo. El sonido de unas llaves, la saca de su fantasía, solo era un sueño efímero, aún se encuentra sujeta en el pedestal y ve frente a ella a su dominante que de manera perversa le muestra un pedestal con vídeo cámara... -¿te grabamos experimentando la fornifilia, mi nena?- diciéndole de manera dulce, ella solo sonríe bajo la máscara y gime dos veces, consintiendo su deseo de experimentar su capricho.

Concepto:

Una filia poco común y entendida por las personas que estamos involucradas en este fantástico mundo del BDSM, la fornifilia o "cosificación" (termino mal usado en esta práctica), consiste en obtener placer
por medio de contemplar a la persona pasiva como un objeto, siendo un mueble o simplemente hacerla parte del mobiliario del dominante. La fornifilia se puede llevar a cabo por usando cuerdas, esposas, etc, simplemente para usarlos como un medio para la inmovilización ya sea colocando a la persona pasiva en alguna posición en especial para su inspección o simplemente para el "jugueteo" (si se es un pechero, colocar las llaves en los pezones, colgar algún bolso pequeño, etc), la imaginación del dominante, es la que dicta las situaciones divertidas con esta actividad especial. El placer de la persona dominante, es verla ejemplificando la tarea de un mueble determinado (contemplado su tarea, uso y finalidad de porque esta allí).

Esta actividad se le pueden agregar elementos muy estimulantes para su realización, siendo que se puede practicar con la persona desnuda o con prendas de índole fetichista (agregando un plus para esas personas exigentes de placeres intensos), usando medias, pantimedias, prendas de likra, látex, cuero, vinil, máscaras, etc.

Un simple juego con tintes interesantes, siempre en mutuo acuerdo del papel de cada uno de las personas que se animen a jugar en esta actividad, el dominante, en su rol de persona que dispone del uso del "mueble", la persona pasiva, aceptando el juego que le proporcionará el dominante para su disfruté personal. Siempre tener muy en cuenta los tiempos pactados para este juego si se esta haciendo de manera que pueda comprometer con el bienestar y seguridad de la persona pasiva.