20 dic 2011

Las dominatrices, sensualidad y dureza...

"Un lúgubre cuarto, con sensuales cortinas de satin, muebles de madera y piel, una jaula en color negro, cruz de san Andres, adornan esta habitación a media oscuridad, de repente, se abre la puerta, para dar paso a una sensual mujer, ataviada con un vestido de látex negro y brilloso, medias de encaje, y altas zapatillas con tacón alto, con sensuales guantes de encaje en cada una de sus manos, en una de ellas, sujeta una cadena... con la que va unida al collar de un hombre sumiso, completamente desnudo, humillado, antifaz y una senda mordaza ball gag en su boca, apenas puede darse a entender con sus gemidos. Ambos caminan, hacia el potro de castigo, que aguarda el momento por ser usado; él, toma su posición en el mueble, esposado, vendado y humillado totalmente ante la hermosa mirada de su dominatrix... ella se aleja, para tomar una cuerda de algodón y un dildo grande, ideal para educar su recto; Toma la cuerda en sus manos, para comenzar a atar el miembro y testículos de su víctima, pasando cada cm de cuerda por cada uno de ellos, y apretándolos de una manera deliciosa, comienza a gemir, su piel se eriza al trato de su dominante, ella disfruta de la tortura que le esta haciendo, el placer es intenso para ella, se entusiasma en ver como ese sumiso se encuentra vulnerable ante sus caprichos y deseos, del intenso placer que esta sintiendo dentro de su mente. Se coloca detrás de él, se coloca unos guantes de látex y toma un poco de lubricante, untarlo en la entrada de su recto, lubricar su ano, poco a poco empuja sus dedos hacia el interior, se pierden, él gime, intenta soltarse, pero ella, lo corrige, jalando la cuerda atada a sus testículos; se arquea y gime de dolor, ella sonrie maliciosamente y se carcajea; levanta una de sus piernas con el fin de colocar su zapatilla en su espalda, pisándolo fuertemente -Gime para mí, esclavo, recuerda que eres mio y para mis caprichos, jajaja-, solamente gime, y disfruta del momento, su placer, su voluntad es para ella, su cuerpo y alma, se encuentra en un trance, casi por llegar al subespacio sin delimitar el dolor y el placer. Ahora, toma el dildo, enorme, con venas simuladas, protuberantes sobre la superficie de él, lo coloca en la entrada de su recto, lo empuja, poco a poco y se pierde dentro él, siente como se dilata, cómo se abre hacia el interior, siente de una forma en como se entrega a su Ama, su dominante. Ella se deleita al extasis lo que ha hecho hasta el momento, con su sumiso, atado, vulnerable, enciende el dildo, ajusta el cronómetro y programar el tiempo y la intensidad de las velocidades, lo enciende, él gime, mostrando la ansiedad de sentir el intenso placer; ella se aleja sonriendo de manera... apaga la luz y cierra la puerta del cuarto. En la oscuridad, solo se escuchan gemidos -mmmghhh, mmmghh- gemidos que se intensifican al paso de la hora, minutos y segundos."
Las Dominatrices, componen lo que es realmente una pieza clave de una relación Dominante/sumisa, donde ella es quien lleva la batuta de la relación, bajo un lema de respeto y límites, siempre recordando el lema de SANO, SEGURO Y CONSENSUADO, las personas sumisas, siempre en total disponibilidad de servir a su dominante, es el "empuje" a desear avanzar dentro de la relación ante ella.

La sensualidad que despiertan ellas ante los demás, es simplemente por la sofisticación de su elegante vestimenta y sus actos para lograr una tortura cargada de completo placer, siempre denotando su maestria en el manejo del dolor y el placer, siempre ataviadas de piel, látex, y de zapatillas o botas de altos tacones, con quienes pueden jugar sobre el cuerpo de la persona sumisa, o la sensualidad del uso del flogger sobre la piel, llevando de una manera paulatina al extasis con cada uno de los azotes en cada parte del cuerpo. La escena nunca estaria completa con una figura dominante, sentir las ordenes de lo que se tiene que hacer dentro de la sesión, experimentar la humillación y el sentimiento de la vulnerabilidad.

 atte,
Carla Regina López Ruelas.