
Las combinaciones de este tipo de juego son infinitas, por ejemplo, comenzar con algun juego de adoración al látex y terminar con alguna filia como acariciar unas piernas enfundadas en pantimedias o pasar de manera sensual la lengua sobre el charol brilloso de unas zapatillas de tacón alto, para beneplacito de una chica dominatrix.
En otro caso, jugar con una sumisa, esposándola y aprisionando sus pechos con un cordón de nylon, de una manera que los sensibilize a las caricias de un floger de hermosas tiras, embebiendo la escena con su aroma a piel; la sesión sigue, con algunas perversidades que se complementan a la escena... un hermoso espéculo, aparece dentro de la escena, brilloso, acero inoxidable, su dominante lo pasa por sus labios "humedecelo, zorrita, saca tu lengua", ella simplemente obedece; acto seguido, se exalta al sentir el accesorio cómo se abre paso en el interior de ella, la cual esta loca del placer obtenido, su dominante toma un trozo de látex negro, con la cual envuelve el rostro de la chica, intenta liberarse, lo disfruta en extremo, la respiración es nula en ese momento, su dominante le devuelve la respiración... de nuevo, la envuelve, su entrepierna es un charco, esta muy excitada y fogoza.
Los alcances que pueden tener los juegos kinkys, son muy ilimitados, la excitación del momento, los elementos de la escena, vestuario, accesorios y palabras, incrementa el nivel de deseo en esos momentos dentro de la sesión. Por lo que el final, es el resultado de haber manejado una excelente sesión de manera compartida, responsable y divertida complementando elementos y juego kinky.
atte,
Carla Regina López Ruelas.