16 dic 2012

Privación sensorial (primera Parte)...



Negro y nula visibilidad, el color de la sensualidad, el misterio, el deseo, la privación del sentido de la vista potencializa las ansias de sentir y sencillamente invita a experimentar las sensaciones apasionantes, extrañas y placenteras. Una chica se encuentra semi desnuda, su visibilidad es nula, una pelota pequeña en el interior de su boca, el sabor a caucho es percibido por su lengua, saborea, gime despacio, mueve un poco su cabeza, al igual que sus labios, donde deja escapar un poco de su saliva, la situación en la que se encuentra es un tanto incomoda. Sus muñecas, cubiertas por tela satinada, en color negro, se encuentran fijas y atadas por cordones al respaldo de una silla, intenta liberarse, forcejea con tal ímpetu, la estampa es demasiado sensual para los ojos de cualquier mortal. El ambiente es de silencio, la habitación se encuentra iluminada únicamente por un conjunto de velas, donde una ligera brisa hace bailar la flama de las velas, que serán testigos de una sesión de amor, placer, dolor y fetichismo. El sonido de una puerta abriéndose, el sentido del oído se encuentra a la expectativa,  percibe los sonidos, la chica se encuentra muy vulnerable ante los deseos de aquella persona que en su interior tenga sentimientos de dominación, controlar y llevar las riendas de una sesión, horas, minutos... segundos de intenso deseo, basado en el placer, dolor, excitación. La puerta se abre, dando paso a una silueta masculina, elegantemente vestido, un traje sastre color negro, color que sobresale en esta sesión de bdsm.
 
Una sombra, se acerca a la chica, la expectativa es mucha en ella, el deseo, la excitación, sentimientos que experimenta su cuerpo, en especial su entrepierna y piel, la figura masculina camina alrededor de ella, observando, mirando cada detalle, el brillo de sus zapatillas de charol, los adornos femeninos de la liga de sus medias, el fino líguero en color negro que resalta sobre su blanca piel. La chica, se encuentra atenta y ansiosa por sentir el dominio de un hombre, que la humille, le susurre palabras de control a sus oídos... sometida, arrodillada y sujeta del cabello, es su fantasía más ansiada y socorrida, 2 minutos de silencio embargan a la habitación. La sombra le susurra en el oído -¡Vaya! deliciosa hembra con la que estaré jugando en las próximas tres horas -, la chica se encuentra muy excitada, su entrepierna experimenta el efecto de esas palabras susurrantes, poco a poco se encuentra en total vulnerabilidad, su actitud sumisa la invita a seguir dentro del juego -mmmmmfff, mmmghhhh- responde, -jugaremos contigo, zorrita caliente-, la chica en silencio espera lo que pueda ocurrir a lo largo de esos minutos; El dominante camina por la habitación, abre un armario donde se encuentran los accesorios y juguetes que serán utilizados en el cuerpo de la chica, flogger, mordazas, cuerdas, esposas, pinzas, prendas de látex, dildos, vibradores, esposas, etc, etc, un conjunto de accesorios que al ser utilizados en su cuerpo, el éxtasis aumentará conforme avanza el tiempo.
 
El dominante, comienza a poner en marcha su plan de jugar con el cuerpo de la chica, tomando con sus manos, acariciando sus pechos, oprimiéndolos, estrujándolos, -deliciosa, muy deliciosa- comenta, la chica únicamente siente la caricia intensa en sus pechos, una cuerda, es lo que siente, es suave, rodea uno de sus pechos dónde poco a poco comienza a sentir una opresión, sintiendo una presión, siente que su pecho derecho esta por estallarle, la sensibilidad aumenta al pasar los segundos, puede sentir la respiración de su dominante en sus pezones. Una nueva presión con una nueva cuerda experimenta... ahora es el pecho izquierdo, con su piel cuenta de manera intensa las vueltas que él hace, 1, 2, 3... 4, misma sensación, mismo placer que comienza a experimentar, sus dos pechos están atados, en este momento siente la desesperación de tocar su sexo, estimularse, sentir el placer y terminar, intenta liberarse, las esposas se lo impiden, intenta decir algo... liberar una palabra de su boca, más es imposible, la pelota roja de su mordaza, se lo impide, la estampa esta cargada de un placer fetichista.
 
 
 
La chica extasiada, únicamente se encuentra gimiendo -Mmmmm, mmmmghhh- el efecto comienza a hacerse presente en el cuerpo de la chica, la desesperación de experimentar y culminar su placer - Tranquila mi zorrita caliente, veo que estas húmeda... tengo que mantenerte de esta manera para mi capricho mayor - responde - momento de colocarte unas deliciosas pinzas en estos pequeños y erectos pezones- responde, acto seguido, toma dos pinzas colocándolas en cada pezón, la chica experimenta la presión, -mmmmghhh, mmmmghahhhh-, su boca es brilla, su saliva cae en ella por la comisura de sus labios, bajando por su cuello, mojando sus pechos totalmente dominados por el cordón blanco que los aprisiona, al mismo tiempo las pinzas, - tengo que verte gozar un momento, zorrita- le susurra al oído a la chica, con pasos firmes se aleja de ella, y toma asiento en un sillón, viéndola de manera detenida, viendo como ella esta en la antesala del placer, sensualmente moviéndose, sus piernas están separadas, mostrando su entrepierna perfectamente depilado, su feminidad al descubierto, intenta liberarse, sus gemidos son apagados y deliciosamente susurrantes.
 
Tomando un dildo gris, de acero, llevándolo en su mano izquierda, acercándose a la chica, lo pasa por su entrepierna, la chica se encuentra totalmente perdida por el comienzo del placer, lo pasa por los labios, y con un empuje, lo va haciendo desaparecer en el interior de su sexo -mmmmgfhhhh, mmmgghhhh, mmgaaaghhh - responde la chica, -Shhhttt, pequeña zorrita caliente, no te quejes, lo estas gozando, disfrutando - le responde su dominante, entra con total facilidad en su interior, perdiéndose en ella; el asiento de la silla se encuentra totalmente húmedo, el aroma de la habitación... no es otro que el de una fémina totalmente excitada, el aroma de una mujer. El dominante, comienza a enlazar los cables a una pequeña maquina que sera la encargada de controlar y educar su placer, placer que estará a la total disposición de su Amo - veremos como te comportas con ese dildo, zorrita -, acto seguido lo enciende, -Mmmmghhhhh, agghhhhhhhhhh, mmghhhh -  los gritos de placer ahogados por la mordaza, intenta liberarse, más es imposible liberarse, sus sensuales movimientos de liberación la delatan, le fascina esta situación que esta experimentando, el dildo de acero vibra sin descanso, de manera paulatina ira incrementando la intensidad de la vibración, a cada minuto, la chica se ve exhausta de tanto éxtasis, placer, una tortura que debe de aprender a controlar su orgasmo...