5 feb 2012

El fetichismo de las zapatillas de tacones altos en el BDSM...

Una dominatrix, se encuentra sentada, tomando un delicioso y espumoso vino, suavemente acariciaba la base de la copa, observando de manera atenta a la forma caprichosa de está misma, viendo a traves de ella, su mirada se torna un tanto atenta cuando mueve su pierna, escuchando gemidos apagados, un sumiso se encuentra sus pies de gustando de las sensuales zapatillas que lleva su dueña en brilloso charol con la punta descubierta en donde se asoman sus dedos y uñas perfectamente pintadas de rojo pasión. El sumiso se encuentra al borde del extasis, gime de manera deliciosa, su domina lo observa complacida. Ahora ella, se acerca a su miembro frotando el tacón sobre el tronco de su miembro, poco a poco lo hunde en él, el chico deja salir un gesto de dolor, la cual su domina le pregunta -¿Te duele, perro?- a la cual responde- si, mi señora, le suplicó que lo hunda más, hagame sufrir con sus zapatillas-.

La acción se vuelve a repetir en los próximos 10 min, hasta que la sesión termina con el extasis libre del sumiso... sobre las zapatillas de su dominante, su líquido blanquecino de su miembro se encuentra sobre ellas, se resbala y él lo limpia con su lengua-muy bien perro, quiero que queden limpias para patear tu miembro-ella le comenta lo que sigue dentro de la sesión.
La escena, es el reflejo de las acciones de un fetichista y el complemento de la persona que lo proporciona, jugando con sus zapatillas altas, sobre los labios, adorándolos con la lengua, humedeciendo el objeto de su deseo, un deseo que lleva a la alta excitación dentro de la escena BDSM o kinky, siempre denotando que el objeto lleva a las acciones y siempre buscando la necesidad de culminar su placer. Dentro del ambiente, la adoración y admiración de las zapatillas altas, conlleva a muchisimas prácticas que se derivan, por ejemplo, el trampling, que no es otra acción de que una chica (por lo general, dominante), pise o camine sobre una persona sumisa, donde está disfrutará del placer al sentir como los tacones dejan su marca por la piel, como se encajan como agujas, llevándolo al extasis y euforia.

Otra práctica común, es la manipular el tacón para torturar los genitales del sumiso o la sumisa, penetrandolos con el tacón dentro de la vagina (en el caso de la mujer), en el hombre, introducirlo por la uretra, esto es una actividad de cuidado (recordar SANO, SEGURO Y CONSENSUADO), donde la dominatrix, hará dote de su destreza en saber manejar la delgada línea del placer y dolor aceptado por el cuerpo, ambos llevados a una escena cargada de mucho placer y extremo fetichismo.

Los tacones, sin duda, han dado un significado de adoración y un concepto de fetichismo muy grande dentro del ambiente del BDSM, quízas, pensando en que se puede interpretar que es más normal de lo que se piensa, en mi cuestión personal y de manera cotidiana, siempre me fijo en una chica y conocer el tipo de calzado que esta portando en este momento, donde mis fantasías comienzan a resurgir de las profundidades de mi mente perversa, en el hecho de acariciarlas, o simplemente, excitarme con la perfecta estampa que esta frente a mi persona.

La imaginación y el nivel de juego de cada persona dentro de las sesiones, decidirán que actividades han de realizar y disfrutar, lo importante es disfrutar de ese momento, esa sesión, que todos disfrutamos en algún momento de nuestra vida como "jugadores" del BDSM.

atte,
Carla Regina López Ruelas.